Extracto del mensaje de la Subcomisión Episcopal de Acción Caritativa y Social con motivo de la festividad del Corpus Christi, Día de la Caridad:
“En la solemnidad del Corpus Christi, el Señor, compadecido de nuestra enfermedad pandémica, de nuestra desesperanza y soledad, nos invita a encontrarnos con Él en el camino y a sentarnos a comer a su mesa.
Hemos vivido semanas sin poder participar física y plenamente de la Eucaristía. Poco a poco vamos volviendo a una cierta normalidad al poder recuperar la participación del Pueblo de Dios en la mesa del Señor.
Por otra parte, la situación de muchos hermanos y hermanas nuestros se ha visto agravada por la reciente pandemia que venimos padeciendo desde hace meses. Dios necesita de cada uno de nosotros para hacerse presente a tantos caminantes de Emaús que avanzan sin rumbo y sin ánimo. Esta pandemia no solo nos está dejando dolorosas muertes, sino que está provocando además una grave crisis económica y social.
Como consecuencia de la crisis, está creciendo el número de personas que sufren física, social, psicológica y espiritualmente.
La Iglesia, la familia de los hijos de Dios, imitando a su Maestro, quiere seguir ofreciendo el sustento material a quien lo necesita, el acompañamiento a quienes se sienten solos y el alimento espiritual, que nace de la Palabra y de los Sacramentos, a todos los que tienen hambre de Dios o necesitan encontrarse con Él para descubrir el verdadero sentido de la vida.
Eucaristía: fuente del amor, de la comunión y del servicio
El día antes de culminar su entrega a Dios y a los hermanos, muriendo en la cruz, Jesús, durante la última cena con sus discípulos, quiso dejar un memorial de su obra de salvación instituyendo la Eucaristía. Durante la celebración, pide a los discípulos que renueven aquel gesto y aquellas palabras en memoria de su vida entregada por amor. Con las palabras “haced esto en memoria mía”, confía a la comunidad cristiana el encargo de reunirse con asiduidad para celebrar este misterio de amor y comunión.
La Eucaristía es por tanto, para el cristiano, el memorial del amor de Dios hacia cada ser humano, que se manifiesta en la entrega de su Hijo Jesucristo. Al participar con fe en la celebración eucarística nos unimos profundamente a Cristo y recibimos de Él la fuerza y el amor necesarios para vivir nuestra entrega generosa y servicial a los hermanos. En cada Eucaristía, actualizamos sacramentalmente este misterio de amor, pero un día al año, el día del Corpus Christi, lo hacemos con una especial solemnidad. Por eso, en esta jornada, la Iglesia celebra también el día de la Caridad, puesto que anunciamos y celebramos con profunda fe que de la Eucaristía mana la fuente de todo amor y santidad.
Además de alabar y dar gracias a Dios por haberse quedado con nosotros hasta el fin de los tiempos, hemos de acoger con gozo su invitación a colaborar con Él en el anuncio del Reino, en la atención a los hermanos y en la transformación del mundo. En la Eucaristía experimentamos la alegría de vivir y recibimos el alimento necesario para reparar nuestras fuerzas desgastadas en el servicio a los hermanos.
Comunidad misionera al servicio de los pobres
Desde la comunión con quienes sufren a causa de la enfermedad o de la muerte de sus seres queridos, y desde la cercanía a tantas personas que carecen de lo necesario para vivir dignamente, el Señor nos invita a dejarnos alcanzar por Él, a compartir su mesa, a ser sus discípulos y, llegado el momento, nos anima a salir en misión. No podemos quedarnos bloqueados por el dolor. El Señor nos llama constantemente a ser discípulos misioneros, a salir a los caminos y encrucijadas de la historia para convocar a todos, especialmente a los desesperanzados, a los pobres y excluidos, a los que experimentan la violencia y la persecución, y a los que habitan en las diferentes periferias de nuestro mundo.
Hoy, día del Corpus Christi y de la Caridad, la Iglesia da gracias a Dios por los miles de católicos que, unidos al Señor, iluminados por su Palabra, alimentados del Cuerpo de Cristo, viven ofreciendo sus vidas y sus recursos a los más necesitados. Damos gracias a los agentes de pastoral, a los voluntarios de Cáritas y de tantísimas otras instituciones de la Iglesia. Esta familia que es la Iglesia invita a orar con intensidad por todos ellos.”
AVISO: Este día, tras la misa de 12,30 del Valle, tendremos una breve procesión con el Santísimo, por el interior del templo
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