En estas reflexiones diarias que venimos desarrollando durante estos días de pandemia, hemos comentado muchas veces que esta situación nos está enseñando muchas cosas, estamos aprendiendo mucho y volveremos a la “normalidad” siendo otros. Porque, si esto no nos cambia para mejor, no habrá servido de nada el esfuerzo realizado.
Hemos valorado mucho más la convivencia familiar, el don de la amistad, la riqueza de todas esas cosas cotidianas que realizábamos sin darnos cuenta de su inmenso valor. Y si esto nos lleva a cambiar, a vivir con otra escala de valores más auténtica, pues ¡ENHORABUENA!
Pero, también hay que aprender a valorar mucho más nuestra fe en Aquel que nos sostiene, el gran regalo de tener una comunidad parroquial y el gran don de la Eucaristía, el sacramento central de la Iglesia.
El próximo lunes, día 11, volveremos abrir nuestros templos y volveremos a celebrar la Eucaristía juntos como Pueblo de Dios. ¿Sabéis cómo valoran los cristianos de los países de Misión la Eucaristía? ¿Sabéis que en muchas comunidades de esos países las eucaristías pueden durar varias horas, y la celebran sin cansarse? ¿Sabéis que algunos tiene que andar muchos kilómetros para celebrarla? ¿Por qué? Pues sencillamente porque no la tienen siempre. No la pueden celebrar todos los días ni todos los domingos. A veces pueden tardar meses y un año en celebrarla. Así la valoran más y acuden con ganas a la celebración. Igual que nosotros…¡que si nos pasamos cinco minutos! ¡que si no se celebra al lado de mi casa o en mi iglesia favorita!
Pues bien, vamos a volver a la Eucaristía, con el deseo de que la celebremos como si fuera la primera y la última vez. Que descubramos el gran don de Dios que nos regala la posibilidad de celebrar todos los días nuestra fe.
Antes de terminar, me gustaría subrayar el primer punto que nos han dado los obispos extremeños en cuanto nos reunamos el día 11. Nos dicen que sólo nos permiten un tercio del aforo de nuestras iglesias. Por tanto, estarán señalados los asientos donde podemos colocarnos. Cuando se complete no podrá entrar nadie más. Seamos responsables.
No es que no queramos que vengáis a misa, pero el aforo va a ser muy limitado.
En este sentido recordad algo importante: “Los fieles, sobre todo en razón de su edad o de su estado de salud, decidirán responsablemente si han de acudir al templo o han de quedarse en casa y seguir la misa a través de los medios de comunicación, toda vez que los Obispos han prorrogado la dispensa del precepto dominical”.
“El cielo está rojo. Mañana hará buen tiempo”
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