¿Cuál es el primero de los mandamientos? le preguntaron a Jesús.
“Escuchar para amar”
“Amarás, si escuchas”.
Es lindo saber que el mandamiento también es una promesa…
Amarás, amarás…
Vamos a terminar amando, pero si empezamos por escuchar.
Escuchar es lo primero que quiere Dios de nosotros, sin escucha no hay posibilidad de amar, no hay amor que prospere.
A veces creo que los cristianos queremos empezar por el final y nos olvidamos del principio. Siempre es bueno empezar por el principio.
¿Cómo pretender que Dios sea todo si no le damos lo primero y principal que es el oído que hace que las palabras lleguen al corazón? ¿Quién se puede enamorar de alguien al que jamás escucha?
Por eso es bueno volver a escuchar que el primer mandamiento en realidad, es escuchar. No se puede amar a quien no se escucha.
Mira a tus hijos, a tu marido, a tu mujer, a tus hermanos, míralos y pregúntate con sinceridad si es posible amarlos de verdad, si en verdad no los escuchas, si no te tomas el tiempo para saber qué piensan, qué sienten, qué necesitan, sentándote un rato con ellos.
Cuando empezamos a escuchar a los que tenemos al lado nos llevamos muchas sorpresas, para bien y a veces para mal. Nos sorprendemos para bien, cuando de golpe descubrimos una riqueza inimaginable en personas que antes no teníamos en cuenta.
Nos sorprendemos para mal cuando de golpe nos distanciamos de personas que en realidad no conocíamos bien, porque en el fondo no nos escuchábamos.
¿No será que con Dios nos pasa lo mismo? ¿No será que nos alejamos de Dios porque nos perdemos de escucharlo? ¿No será que nos enamoramos perdidamente de Él cuando nos decidimos a escucharlo?
Pablo Soto - Vicario parroquial
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