Llegados a un nuevo fin de semana, seguimos en la brecha. Desde esta ventana que abrimos cada día con la reflexión de nuestros sacerdotes más cercanos, queremos sentir la cercanía de todos los miembros de la comunidad parroquial. En la oración nos encontramos cada día y la fe que mueve montañas nos mantiene esperanzados en esta situación complicada.
SOY CIUDADANO DEL MUNDO (Día 7 de confinamiento)
En la actualidad se utiliza mucho la expresión “ALDEA GLOBAL”, que viene a significar que gracias a los medios de comunicación, cada vez más rápidos y mejores, podemos sentirnos miembros y vecinos de casi todo el mundo, ciudadanos del mundo.
Es impresionante lo cortas que se hacen hoy las distancias entre los pueblos y países, y tener las noticias en directo de la otra parte del mundo…
Pero, a lo largo de la historia, los hombres y los pueblos hemos llenado este mundo de muros, murallas, alambradas, fronteras, desigualdades… y hemos construidos pocos puentes.
Y llega un “bichito” minúsculo y se ríe de nuestras fronteras y murallas y danza a sus anchas entre los humanos. Ante esta crisis no hay color, ni credo, ni rico, ni pobre, ni famoso, ni anónimo, ni…
No hay ninguna distinción. Todos la estamos padeciendo.
Por eso hoy os invitaría a rezar por todos los tocados del mundo entero por este maldito virus. Los que somos creyentes y formamos parte de la Iglesia católica (católica=universal) debemos sentir hermano al que está a nuestro lado y al que está en la otra parte del mundo, en las antípodas. Porque todos somos hijos del mismo Padre. Por eso nuestra oración hoy va por todos los humanos que están sufriendo.
Y, a la luz de esta reflexión, quiero comunicaros que en estos días tengo muy presente a Pablo, mi compañero sacerdote, y sacerdote de esta parroquia. Él está lejos de su país, de su familia de sangre. Y aunque es una persona animosa y positiva, pienso que alguna vez se puede entristecer pensando en los de allá.
Pablo te quiero decir que tu familia de sangre está en Perú, pero que aquí tiene tu familia de fe que quiere estar cerca de ti en estos momentos. A pesar del confinamiento no te sientas solo, la comunidad parroquial del Valle está contigo. Esto que digo creo que los suscribirán todos los que se sienten parroquia.
Y no olvidéis: “El cielo está rojo. Mañana hará buen tiempo”
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