(Día 11 de Confinamiento)
Queridos amigos:
Hoy celebramos la Solemnidad de la Anunciación del Señor.
En la Anunciación, María está en el centro de la escena, Ella es la protagonista. María es la mujer que escuchó el mensaje del ángel, dialogó con él y decidió generosamente hacer la voluntad de Dios. Ella puso su vida al servicio de Dios para que se pudieran realizar los planes de salvación de la humanidad.
Dios en un momento determinado de la Historia de la Salvación pidió la colaboración de María para realizar su proyecto.
Hoy también sigue necesitando de nosotros, los discípulos de Jesús, para encarnarse en el mundo y darse a conocer a los hombres. María aceptó de corazón la voluntad de Dios y el Hijo de Dios se hizo hombre; nosotros aceptando la voluntad de Dios en nuestras vidas le permitimos que siga actuando en el mundo y que su Proyecto se vaya realizando en la humanidad.
Como María somos discípulos-misioneros: lo que recibimos los damos; lo que aprendemos lo comunicamos; lo que vivimos lo damos a conocer, pues todo es gracia de Dios para nosotros y para los demás.
Un discípulo de Jesús no puede ser egoísta y guardarse los dones y cualidades recibidos solo para sí mismo.
Y como María también cada uno hemos escuchado “no temas, yo estoy contigo”.
Y, ahora, más que nunca, esta afirmación de Dios:
“NO TEMAS, YO ESTOY CONTIGO”
debemos hacerla tan nuestra que nos demos cuenta de que, en medio de las
dificultades, Él está con nosotros.
“El cielo está rojo. Mañana hará buen tiempo”.
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