(Día 33 de Confinamiento)
Lectura del santo evangelio según san Juan
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo:—«Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él.» Jesús le contestó:—«Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.» Nicodemo le pregunta:—«¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?» Jesús le contestó:—«Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu.»
De nuevo nos volvemos a preguntar: ¿Qué tenemos qué hacer como creyentes ahora? ¿Cómo encarar esta situación? ¿Qué lectura creyente de la realidad podemos realizar?
Es verdad que el coronavirus ha venido a mostrar nuestra fragilidad y nuestra limitación. Nos sentimos amenazados y con miedo. De nada nos sirve nuestro dinero y nuestro poder.
Lo más importante es que esta situación nos está llamando a cambiar. De esta saldremos para ser otros. Esto tiene que hacernos cambiar, cambiar nuestras costumbres, nuestra manera de relacionarnos, nuestra escala de valores. Alguien ha dicho que “no podemos volver a la normalidad porque la normalidad era el problema”. Y quizás tenga razón. HAY QUE NACER DE NUEVO, como dice el evangelio.
“El cielo está rojo. Mañana hará buen tiempo”
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